viernes, 27 de diciembre de 2013


TANGO

                                 In memoriam Edmundo Chacour

Desde el fondo
de la sala, arremete
dulcemente,
la aerofonía
del bandoneón.
El cantor
en el centro,
canta
con nostalgia
el bello tango,
luego, los bailarines
bailan
al compás
de la música.
Todo gira,
y, es amor. Después,
el público de Recuerdo,
turbado,
susurra, murmura:
Mi Buenos Aires querido.
El tango urbano,
sensual y complejo
quita finalmente
la tristeza de la sala
con su lenguaje
sacro,
casi religioso.
Un sinfín de emociones.
Hasta que salgo
feliz
y dichoso de la sala;
en la calle, es noche
hermosa,
y, bajo la luna porteña
entono
mi particular:
Volver, con la frente marchita.
Entonces, me pierdo
por las calles
laberínticas
de Buenos Aires.


 Este poema se publicó en el Periódico El Noroeste el 20-11-2.010

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