lunes, 1 de mayo de 2017

BELUGA (ÁRTICO II)



Qué pensabas, insensata, acaso
creías que tú, beluga arrogante,
por ser un cetáceo voluminoso
de voraz bocado,
que yo iba
a quedar varado, asustado, a tus pies,
después del daño
acaecido; imaginabas que estaría dispuesto
a esperarte ciegamente,
embelesado por tus caprichos,
vanidosa especie determinada eres.
Pensabas que tú, beluga
de música falsa e imaginaria,
me atraparías con tus mentiras;
qué va, parece mentira
que después del corto
pero largo tiempo juntos
nada me conocieras.
Te equivocaste conmigo, beluga,
yo no soy un cetáceo como tú,
dependiente y engreído,
acaso sí, un romántico, como aquel
nativo ruso sin cautiverio,
capaz de acabar alimentándome solo,
si me apuras, pasar a la Lista Roja,
y vivir comiendo
belugas vanidosas como tú.

(Una beluga en La Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia. Oceonográfico).





















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